¿Qué tienen en común una planta de ensamblaje en Múnich, un sedán azul brillante y una cifra redonda que sacude la industria automotriz? La respuesta podría sorprenderte…
El hito que marca un antes y un después en la historia de BMW
Cuando BMW presentó el BMW i3 en 2013, pocos imaginaron que ese compacto eléctrico urbano sería el punto de partida de una transformación monumental. Hoy, más de una década después, la marca bávara celebra un logro que pone en evidencia su compromiso con la movilidad sustentable: la producción del vehículo electrificado número 3.000.000.

Sí, leíste bien. Tres millones de unidades electrificadas, entre modelos 100% eléctricos y híbridos enchufables, han salido de sus fábricas para recorrer las calles del mundo. Y el protagonista de esta hazaña no podía ser más simbólico: un BMW 330e Touring en un llamativo color Portimao Blue, ensamblado en la histórica planta de Múnich y destinado al exigente mercado del Reino Unido.
Pero esto es mucho más que una cifra. Es una declaración de principios, una muestra palpable de cómo BMW avanza sin freno hacia una electromovilidad real, escalable y global.
BMW y la electrificación: una evolución paso a paso, pero con visión de futuro
El camino no fue de la noche a la mañana. La electrificación en BMW comenzó con decisiones valientes y desarrollos que, en su momento, parecían casi futuristas. El i3 y el vanguardista i8 no solo marcaron una nueva línea de diseño, sino que impulsaron una arquitectura de producción totalmente distinta a la de los vehículos tradicionales.
Lo interesante es que BMW no se conformó con crear una línea exclusiva para eléctricos. Pronto entendió que la clave estaba en la integración inteligente. ¿Cómo lo hicieron? Aprovecharon su vasta infraestructura para adaptar las líneas de producción convencionales e incluir en ellas tanto vehículos eléctricos como híbridos y de combustión interna.
Ese movimiento estratégico permite que, hoy por hoy, la misma línea de ensamblaje pueda producir un Serie 3 híbrido enchufable, un X5 diésel o un iX totalmente eléctrico sin interrupciones ni cambios complejos. Esa flexibilidad, que parece simple pero no lo es, es uno de los pilares del éxito actual de BMW en su transición energética.
Producción adaptable y estrategia global: la receta del éxito de BMW
Desde la sede central en Alemania hasta las plantas en Estados Unidos y China, BMW ha construido una red de producción que respira electrificación en cada rincón. La clave de su avance está en la flexibilidad industrial, que le permite responder con agilidad a las tendencias del mercado y a las preferencias del consumidor, que cambia cada vez más rápido.

Milan Nedeljković, miembro del Consejo de Administración de BMW y responsable de Producción, lo resumió claramente:
“Gracias a una producción altamente adaptable, BMW Group puede responder de forma eficiente a las tendencias del mercado y las preferencias de los clientes”.
Esto no es solo discurso institucional. En números concretos, en 2024 uno de cada cuatro vehículos BMW vendidos fue electrificado, y lo más sorprendente es que el 75% de ellos fueron totalmente eléctricos.
¿Impresionante? Sin duda. Pero esto apenas es el comienzo. Lo que BMW está construyendo va más allá de una línea de modelos con enchufe. Es un ecosistema completo, donde la innovación técnica, el diseño sostenible y la experiencia de conducción se fusionan para definir el futuro del sector automotor.

El BMW 330e Touring: emblema del progreso eléctrico
No es casualidad que el vehículo número tres millones sea un BMW 330e Touring. Este modelo representa perfectamente lo que hoy significa ser un vehículo electrificado de última generación:
- Diseño elegante y deportivo, sin perder la practicidad de una carrocería familiar.
- Motorización híbrida enchufable, que combina un motor térmico eficiente con un sistema eléctrico de apoyo que permite recorrer distancias urbanas sin emisiones.
- Tecnología inteligente, conectividad avanzada y opciones de carga optimizadas para el día a día.
El color Portimao Blue en el que salió de fábrica no hace más que reforzar su presencia, simbolizando el nuevo ADN visual de la marca: vibrante, moderno, con un pie en la carretera y el otro en el futuro.