27 de octubre de 2023. En una jugada que ha despertado la curiosidad y el asombro de entusiastas y críticos del sector automotor, Mazda rompe esquemas con la presentación de su más reciente maravilla de ingeniería: el concepto icónico del Mazda SP. Pero, ¿qué hace que este prototipo, envuelto en misterio y admiración, sea objeto de debates y especulaciones entre conocedores y aficionados? Hoy, desentrañamos el enigma detrás de este vehículo que desafía lo convencional y se atreve a redimensionar el concepto de innovación automotriz.
Un Vistazo al Pasado y Futuro: MX-5 y RX en la Mira
Desde su debut estelar en el Japan Mobility Show, una pregunta ha estado en el aire: ¿marca este vehículo el amanecer de una nueva era para el legendario MX-5 o es acaso el preludio de una ansiada resurrección del RX? Con unas medidas de 418,6 cm de largo y 210,3 cm de ancho, el Mazda SP desafía las dimensiones, presentándose considerablemente más amplio que el Miata y aunque más corto, notablemente más ancho que el RX-8.
Este enigma se profundiza con su configuración de dos asientos, una característica que nos remite más a un MX-5 que a un RX-8 con sus asientos traseros. Pero no nos dejemos engañar, la travesía hacia la comprensión de este coloso va más allá de las comparativas.
Rompiendo Moldes: Entre Dimensiones y Prestaciones
La diferencia no solo radica en su tamaño. Hay un abismo en cuanto al peso: el concepto se asienta en 1,450 kg (distribución 50:50), mientras que un Miata en su versión más pesada, el RF con transmisión automática, registra 1,132 kg. Dependiendo de la variante, el RX-8 se encontraba entre 1,309 y 1,384 kg.
Mazda, en una jugada maestra, ha bautizado al concepto como Iconic SP, una nomenclatura intencionadamente ambigua para evitar asociaciones directas con sus emblemáticos deportivos. En una revelación que ha agitado las aguas, Masashi Nakayama, diseñador jefe de la marca, admitió a Automotive News Europe que las proporciones colosales del showcar fueron una elección deliberada, dejando entrever que “podría fácilmente reducirse a dimensiones más afines a las de un Miata“. Esto implicaría que, en teoría, no existirían limitaciones de espacio incluso con la inclusión de un motor de doble rotor, un propulsor eléctrico y una batería.
Más Allá de la Fuerza: Un Corazón Revolucionario
Adentrándonos en su corazón, descubrimos que el motor, lejos de ser un simple propulsor, actúa como un generador revolucionario capaz de recargar la batería. El titán de Mazda no solo deslumbra por su capacidad de admitir diversos tipos de combustibles sino que, en palabras de Masahiro Moro, director ejecutivo, ha sido concebido para funcionar con biocombustibles, hidrógeno o gas licuado de petróleo (GLP).
En el Iconic SP, la fascinante conjunción rotativo-eléctrica promete nada menos que 365 caballos de fuerza, operando con un combustible de neutralidad carbónica. Este vehículo no es simplemente un ejercicio de estilo; es un manifiesto de sostenibilidad y potencia.
“El roadster es el ícono de la marca Mazda, y el vehículo eléctrico rotativo es un concepto para el futuro modelo icónico”, confesó Moro, dejándonos vislumbrar un futuro donde el Iconic SP brille en los caminos con su cautivadora pintura Viola Red, una promesa que se distancia del hermoso pero intangible concepto RX-Vision de 2015.
Conclusión: Un Legado Reinventado
El concepto icónico del Mazda SP no es solo un vehículo; es una declaración de intenciones, una visión audaz que desafía los límites tradicionales del diseño automotriz. Representa la fusión de un legado histórico y la vanguardia tecnológica, manteniendo en vilo a la industria y a los aficionados. Ya sea que se materialice en una nueva generación de deportivos o que permanezca como un destello de genialidad, una cosa es segura: Mazda ha trazado un camino audaz hacia el futuro, y todos estamos invitados a presenciar el viaje.
