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EDI
              TO
              RIAL













                                                                  Editorial





                        s un hecho común que en horas nocturnas poda-
                        mos ser encandilados por un vehículo que lleva una
          Ede esas luces blancas adaptadas, y que no necesa-                ¿Habrá luz al final del túnel?
            riamente son las altas.
             Y es que está llegando a Colombia un sinnúmero de luces de dio-
            do emisor de luz, más conocidas como LEDs, que poseen mucha
            iluminación que se dispersa, pero el problema es que no es contro-
            lada o regulada por ninguna ley. Lo preocupante es que el avance
            de la tecnología está llevando a que este tipo de dispositivos sean
            instalados a otros modelos que originalmente vienen con ópticas
            halógenas, sin percatarse de que los faros no están hechos para
            reflejar el haz de luz de un LED o de un HID, cosa que provoca acci-
            dentes vehiculares por falta de visibilidad.

             Lastimosamente en nuestro país no hay una ley que controle la
            importación de este tipo de iluminación, y mucho menos su uso,
            mientras que los conductores -que no tenemos posibilidad alguna
            evitar el encandilamiento- sufrimos diariamente el sentirnos incó-
            modos cuando se acerca uno de estos carros con ópticas transfor-
            madas, que nos dejan a ciegas.
             El problema es que este tipo de iluminación ya se encuentra en
            muchos vehículos en el país, incluso en varios que ya son antiguos,
            cuyos faros fueron diseñados para otra tecnología; esto es como si
            tratáramos de colocar un motor V8 en un automotor compacto. De
            esta manera, aunque probablemente se puede sentir mayor veloci-
            dad, se corre el riesgo y hacemos correr el riesgo a los que transitan
            junto a nosotros de poder terminar en una colisión, ya que aquel
            carro no tiene la suspensión para aguantar ese propulsor. Así mis-
            mo ocurre con la iluminación equivocada. Por esta razón, en Autos     Francisco Rosadoro
            Rodando  invitamos a nuestros seguidores  a no usar este  tipo de
            modificaciones; pero a la vez solicitamos a las autoridades y políti-                       Director General
            cos establecer leyes que le den orden a esta situación y sancionen
            a la gente que ponga en riesgo la seguridad de los otros actores en
            la vía.


















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